Don´t mess with me!! {Berserker}

Había rentando un departamento provisional en Solaria, era difícil por el trabajo tener una casa fija, y quería juntar suficiente para poder comprar lugar apto para mi y mi hermana. Era difícil, dejar lo que hacía, pero al menos tener un lugar seguro para ella, me haría regresar a casa siempre. Pero también debía protegerla. No había un día que no pensara en ella, y lo que hacia, lo hacia por ella. Me puse a contar los Ardeones que había conseguido, pero aun no era suficiente. Me enoje un poco y rompí el respaldo de mi cama, mientras salía de la habitación, necesitaba algo de tomar que me tranquilizara, y el casino tenía un buen bar. Estaba lleno de gente, pero a esas horas, rara vez iba alguien molesto. Odiaba los lugares llenos de gente. Por ello solía ser más nocturna. No iba a negar que si había gente, pero al menos ya sabían que no debían estar muy cerca de mi.

Pase unos cuantos pasillos, y escaleras para llegar al casino. Todo estaba un poco solitario. Y es que a las 3 de la mañana nadie en su santo juicio salía. Solo las personas solitarias como yo. Al fin había llegado, y estaba tranquilo. Me acerque a la barra y pedí un cosmos, era una bebida fuerte de color azul eléctrico, parecía brillar. El barman era un Androide, a esas horas, solo ellos eran los que servían. No había dominado por completo la tecnología en ese lugar. Se habían acercado un grupo de chicos, pero simplemente baje la mirada a donde estaba mi arma y se alejaron. Tenía mas pinta de Criminal intergaláctico que protectora planetaria. Me habían ya reprendido por mi actitud dominante, pero las reglas no era algo que yo había nacido para cumplir.

El lugar era luminoso, habían unas cuantas personas en las maquinas, podía verlas desde la posición en la que estaba ya que ni siquiera había una separación del casino y el bar. La gente que se cansaba se acercaba a la barra y tomaba un trago. O ahogar sus penas después de una perdida muy grande de Ardeones. Me quede mirando, el fondo del vaso dejando que las luces, iluminaran mi atuendo, que era negro con unos brillantes. Cuando salia me gustaba vestir bien, que fuera agresiva no quería decir que me iba vestir como un chico. Ya era el cuarto cosmos, y podía ver las luces mas brillantes. Pero no quería irme ahora me estaba sintiendo muy bien.

Berserker, uno de los ghost de los Archones, enviados alrededor del sistema planetario para investigar posibles conspiraciones y hacer misiones, no había tenido ni un momento de “vacaciones”. Él no los necesitaba, se sentía bien haciendo su deber, y en los 100 años de vida nunca se puso a descansar o relajarse, el piensa que es una pérdida de tiempo total. Llegó un par de días atrás a la gran nave humana la Solaria. Pero para él no era difícil pasar desapercibido, normalmente era muy tranquilo, y desde el tiempo que había estado en esa nave no había perdido la cabeza ni un solo momento.
La razón de su estancia era muy simple, un ghost nunca se detiene a descanzar, si está en un lugar es por algo, y esta vez no era la excepción. Se encontraba siguiendo a un par de lurkers, que había interceptado antes de que ellos ingresaran a Solaria.
Berserker tenía la curiosidad de saber que era lo que hacían esos Lurkers en Solaria, normalmente no se les ve mucho por rumbos neutrales. Así que pidió una habitación en el mismo piso donde ellos se hospedaban y la partida comenzó.
Nada fuera de lo normal a simple vista, pero Berserker no estaba completamente seguro asi que esa pequeña misión duraría unos días más.
Después de colocarse una ropa decente, que se encontraba en la habitación, bajó al casino, a seguir investigando, se haría pasar por un despreocupado Archon en búsqueda de diversión y suerte.

Spoiler:

Se sentó en la barra y pidió Hidromiel, un tarro completo. Se sentó de tal forma que podría ver a sus objetivos desde ese sitio. Al voltear alrededor veía que casi no había gente a esas horas, solo algunos que hacían ruidos estruendosos y otros que se embriagaban con todo tipo de bebidas intergalácticas.
Pero una presencia se le hizo conocida, y sin voltear a ver, sabía de quien se trataba.
Recibió el hidromiel y tomó un poco sin dejar de ver a sus objetivos, y habló con voz baja hacia la persona que estaba más cercana a él.
-No se que haces aquí, ni quiero saberlo. Saludos Hela- Fue lo único que dijo, ya que Berserker no era muy platicador, ni muy grosero, solo era algo callado e indiferente.
Volteó de reojo, y observó la extraña vestimenta de Hela, se rió mentalmente pensando que así llamaría más la atención en lugar de pasar desapercibida. Parecía una delincuente en lugar de un “ser normal”.

De reojo pude notar que alguien se sentaba en la barra. Su voz se me hizo un poco familiar. No de alguien que había visto un par de veces, si no alguien realmente conocido. Alguien que solamente mirarlo, me hacia enojar. Intente darme la vuelta y fingir mirar a otro lugar, o mirar algún punto fijo en la oscura pared del casino. Escuche mi nombre de sus labios, y una sensación extraña se apodero de mi. Lo mejor que hubiera hecho era ignorarme y yo lo hubiera hecho, pero parecía gustarle fastidiarme. - Berserker – Murmure con si al decir su nombre sintiera un agudo dolor en el estomago. Si alguien no soportaba era él. Siempre intentando ser mejor en todo, me pare y me acerque un poco mas a él sentándome a su lado, como cualquier mujer lo hubiera hecho, y para fastidiarlo toda la noche. No era un hombre que hablara, y a mi me gustaba hablar de cualquier cosa. El androide me había servido otra copa, ya no era necesario que me preguntara. Mire nuevamente el fondo de la copa, mientras tomaba un sorbo. – Estoy por la misma razón que tú… aunque no estoy tan obsesionada... – Reí, me encantaba fastidiarle en todo sentido. Mi móvil había sonado, y era mi hermana. Me pare un momento para contestarle.- ¿Estas bien?, si mañana ire… lo se, yo también.- Volví nuevamente a mi lugar, pero esta vez dando la espalda a la barra y mirando a Berserker a los ojos, aunque el miraba un punto fijo hacia enfrente de él. Rara vez nos habíamos topado de frente, y podría decir que era la primera vez, que no estábamos luchando contra Lurkers, parecía mas bien que estábamos en nuestro día libre. – Tenía mucho tiempo que no te veía por Solaria… aunque en realidad, tengo todo controlado, no hace falta que vengas… - Se volvió tenso el habiente seguido de mis palabras, pero me tornaba un poco mas agresiva cuando el alcohol, hacia efecto en todo mi cuerpo.
Había un detector de alcohol en la barra, y la mía estaba de color, amarilla. Estaba a unos paso de alcoholizare, y eso era algo que no tenía en mente. No llegaba a mas del rojo. Casi siempre quedaba en el naranja. Tome otro sorbo de mi bebida mientras miraba el rostro, tan tosco de Berserker, tenía una mirada muy dura, y para él, el mundo no existía en su alrededor, o al menos esa impresión daba a simple vista. A veces me hacia desconfiar, aunque fuéramos de la misma raza, al fin de cuenta no seria ni el primero que traicionara a uno de nosotros.

Hela y Berserker eran una especie de contrincantes, ya que ambos peleaban por ser el mejor ghost. Su trabajo a veces se peleaba mutuamente. Berserker parecía completamente tranquilo, aún con la presencia de Hela, pocas veces Hela había visto el lado demente de Berserker, y él sabía que por más mal que se lleven nunca el trato molestoso sería para humillar o peor aún.
Berserker escuchó sin ver a hela en ningún momento, como ella le hablaba y le hablaba, él no era muy hablador así que en esos momentos le era indiferente su prescencia.
- ¿Ya terminaste?. Estoy trabajando. – Berserker quería darse a entender de que el no se encontraba en momentos de ocio, si no que si los lurkers descubrían que los estaba siguiendo se meterían ambos en problema. Para que arriesgarse a tal hecho si tranquilamente podría sacar toda la información necesaria para después actuar.
Berserker continuaba bebiendo Hidromiel, esa bebida alohólica que le agradaba y la única que le gustaba, no pedía nada que no fuera hidromiel. Complementó su pequea coartada sacándo un poco de comida. Era raro no verlo comiendo algún trozo de comida dulce.
Sacó algunos dulces fosforescentes de origen Archoniano y comenzó a degustarlos lentamente.
- Hela, ¿Qué quieres?- - preguntó tranquilamente esperando una respuesta para por fin librárse de ella y continuar trabajando. Berserker era un adicto al trabajo, para él todo mundo no existía, cuando estaba en servicio solo observaba a sus objetivos, aunque gracias a las habilidades de su raza podía hablar y hacer más cosas al mismo tiempo sin temor a que salieran de su rango de visión.
Comenzó a hablar telepáticamente con hela, no quería que los que lo rodeaban lo escucharan.
- Enserio estoy trabajando, no se que razón te trajo hela pero es momento que tomes tu camino-

Era desesperante la personalidad persuasiva de Berserker, siempre demasiado sumergido en el trabajo. Yo trabajaba pero siempre tenía tiempo para todo. Berserker era mas un hombre perfeccionista en su trabajo, delicado y pensaba las cosas antes de actuar. Yo era lo contrario y rompía las reglas. Pero había algo en él que me picaba la curiosidad. A veces, era extraño estar cerca de él. Como si no fuera el mismo, en diferentes situaciones. Y la organización, lo tenía en un nivel muy alto, y también peligroso, no sabía hasta donde era capas de llegar, y no tenía miedo de averiguarlo. Empezó hablarme por la mente, y eso me hizo entender que ya estaba un poco cabreado. Pero mis planes eran otros y no le iba dejar solo ni un segundo hasta que se fuera de Solaria. – Te quiero a ti Berserker, fuera de Solaria…, estando tu aquí solo hecharas a perderlo todo… te dije que lo tengo controlado… tengo ya mucho tiempo aquí de infiltrada… y no necesito ayuda…..y no te necesito a ti… - Le conteste con tranquilidad pues lo estaba, sabía que por mucho que le provocara no seria capas de nada, al fin de cuenta el si seguía las reglas, al pie de la letra y no seria capas, de hacer un escandalo con muchos testigos. Me ponía de lado junto a él. Y le tome del mentón para que me mirara a la cara, y le hable en voz alta. –No creo que seas tan malo para rechazara a una mujer ¿o si? – Sonreí, con un poco de malicia, estaba disfrutando fastidiarlo, y cada vez que podía lo hacia. Al parecer, la gente se iba yendo del lugar, ya eran las 4 y el tiempo había pasado demasiado rápido. No recordaba el numero de bebidas que había tomado, y la pantalla de la barra parecía haber cambiado a Naranja. Era el momento de tomar una ultima copa, y despedirme del alcohol por ese día. Se había acercado alguien, pero ignore sus palabras y me enfoque en Berserker, quería ver la reacción de mi comportamiento.

Berserker en esos momentos no podría perder la calma, el sabía muy bien que era lo que sucedía cuando entraba en modo berserker. No podía arriesgar la seguridad de su misión. Berserker continuó observando sin prestar atención al acto que haría Hela.
- No comprendes Hela, no estoy aquí por ti , ni mucho menos para ayudarte, no me iré, así que puedes irte tú- Mencionó cuando hela le obligó a verla directamente.
Berserker estaba tranquilo pese a todo el provoca miento, aunque no faltaba mucho para que se empezara a alterar. Berserker apartó la vista para seguir observando a sus objetivos, y escuchó lo que Hela decía en voz alta, atrayendo a seres que no deberían llamar su atención.
Algo habló, cosa que no le importó a berserker en lo absoluto, pero se puso a analizar las cosas, sabía como era Hela, y si no aceptaba su petición en ese momento armaría un escándalo que provocaría que sus objetivos pegaran la vista en él.
Berserker le molestaba los actos de manipulación, pero era inteligente, le seguiría el juego, ya tenía un plan marcado para salirse de esa situación.
-Bien, como digas- Mencionó parándose, su altura era fuera de los parámetros normales, cuando se acercó a hela, el otro sujeto se asustó y salió caminando.
- No me iré y no dejaré esta misión- le dijo telepáticamente mientras giraba sus ojos para centrarlos en ella. Aquellos ojos penetrantes y distantes que pocas personas podían soportarle esa mirada tan pesada. En esos momentos berserker pensaba en las probabilidades de cada uno de sus planes metódicamente marcados para todo.
Tomó su tarro de hidromiel y se la bebió hasta el fondo, notándo como el liquido recreaba su garganta completamente. Era ya tarde, aproximadamente las 4 de la mañana horario espacial, y los lurkers parecían irse a su habitación.